El lanzamiento de una nueva empresa, ya sea un pequeño negocio o una iniciativa dentro de una gran corporación, es una apuesta que sin duda presenta algunos riesgos.
De acuerdo con la fórmula de creación de negocios usada durante las últimas décadas, primero se escribe un plan de negocios, luego se lo presenta a los inversionistas, se forma un equipo, se presenta un producto y se comienza a vender lo más intensamente que puede.
Lo más probable es que en algún punto de esta secuencia de eventos, se sufra un revés o hasta un fracaso fatal. De hecho, las estadísticas lo demuestran ya que, según Shikhar Ghosh de Harvard Business School, el 75% de las empresas nuevas fracasan.
Recientemente ha surgido una nueva metodología que tiene el potencial de hacer que el proceso de iniciar una empresa sea menos riesgoso. Conocida en inglés como Lean Startup o InnLanding, esta es una metodología que favorece la experimentación por encima de la planificación elaborada. Así mismo, pone por encima la retroalimentación de los clientes sobre la intuición y el diseño iterativo sobre el método de desarrollo tradicional.
Pese a ser una metodología relativamente joven, ya ha aportado al ecosistema empresarial actual conceptos importantes y efectivos como el “producto mínimo viable” y el “pivote”. De hecho, empresas emergentes e incluso grandes corporaciones han empezado a adaptar sus planes de estudio y de negocios para aprovechar este tipo de procesos.
Sin embargo, la metodología Lean Startup o Innlanding sigue siendo el método alternativo o emergente ya que no ha logrado todavía transformarse en la norma o la convención estándar. Dada su corta edad y pese a los grandes éxitos que ha dado, todavía no se siente su impacto total en las diferentes industrias.
Similar al movimiento Big Data de hace unos años, el Lean Startup es todavía una palabra de moda que no se conoce a profundidad y cuyas implicaciones recién se están empezando a comprender.
Es de esperarse que con el paso del tiempo y gracias a un campo más fértil para la experimentación y el emprendimiento, la práctica y evolución de esta metodología siga extendiéndose, convirtiéndose en sabiduría convencional para que nuevas empresas de todo tipo mejoren sus probabilidades de éxito.
Hasta ahora, todo emprendimiento tenía la necesidad imperativa y mandada por lo cánones arraigados en la cultura de negocios mundial de crear un plan de negocios o Business Plan. Este documento estático describe el tamaño de una oportunidad, el problema a resolver y la solución que proporcionará la nueva empresa.
Generalmente, este plan incluye un pronóstico para cinco años y es básicamente un ejercicio de investigación escrito de forma aislada mucho antes de la construcción de un producto. Después de ese extenso esfuerzo y trabajo, se obtiene dinero de los inversores, se comienza a desarrollar el producto y se hace el lanzamiento sin tener en cuenta el aporte del cliente.
Décadas de observación de éste método nos enseñan tres cosas:
Es por eso que el método Lean Startup o Innlanding se basa en que las empresas buscan un modelo de negocio repetible y escalable en lugar de ejecutar o basarse en uno, dando así nacimiento a tres principios clave:
Hoy día, se podría decir que el método tradicional del plan de negocios y proyecciones fantasiosas ha sido derrumbado por su propio peso. Así, se abre paso el método Innlanding con el que se le apuesta a disminuir la probabilidad de fracaso, o mejor aún, aumentar las probabilidades de éxito.
¿Quieres saber más de la metodología Innlanding? En el siguiente blog te contamos por qué mantener tu idea en secreto ya no es la mejor estrategia, además revelamos algunas tendencias que inspiran a los nuevos emprendedores a lanzarse al agua y crear su empresa.